domingo, 29 de noviembre de 2009

Alfredo Bryce Echenique

Alfredo Bryce Echenique
Nace Alfredo Bryce Echenique en Lima (Perú) el 19 de febrero de 1939. Asiste como alumno al colegio Inmaculado Corazón y realiza sus estudios secundarios en el internado inglés San Pablo. Desde Un mundo para Julius hasta No me esperen en abril esos colegios, sus alumnos y profesores serán recreados por el escritor, que los muestra como el microcosmos perfecto de la sociedad peruana y en especial de la oligarquía del país a la que él pertenece. Efectivamente, Bryce Echenique pertenece a una familia de la oligarquía entre la que se encuentran ascendientes tan ilustres como un presidente de la República y un virrey, lo cual revelará también desde el inicio de su obra narrativa. Sin embargo, ya en el San Pablo y después con los resultados universitarios, muestra una inclinación hacia las letras y un rechazo de todo aquello que suponen las responsabilidades ajenas a la literatura, vocación que había venido siendo fortalecida en el colegio y consentida por su madre. En cambio, por imposición familiar estudia Derecho, aunque a la vez aprovecha para realizar sus estudios en Letras. A su término, funda un despacho de abogados que durará hasta que decida marchar a Europa y, así, en 1964, sale de Perú con destino a París, para disfrutar de la concesión de una beca que le permitirá preparar una tesis sobre Henry de Montherland.

En los diferentes viajes por Europa se comienzan a fraguar los cuentos que concluya en París y a los que dará el título de Huerto cerrado (1968), que obtendrá una mención honrosa en el concurso Casa de las Américas. Apenas dos años más tarde publicará su primera novela,Un mundo para Julius (1970), que lo consagra como una de las figuras destacadas de la generación que seguirá al llamado boom. La obra recibirá el Premio Nacional de Literatura de Perú en 1972 y el reconocimiento general del público y la crítica. A pesar del éxito de la novela, en 1974 regresa al cuento con La felicidad ja ja. Sin embargo, en 1977 da a la luz su novela La pasión según San Pedro Balbuena que fue tantas veces Pedro, y que nunca pudo negar a nadie, cuyo título habrá de ser reducido al de Tantas veces Pedro. Además publica el volumen A vuelo de buen cubero y otras crónicas, que revela su vinculación al nuevo periodismo norteamericano y su visión del sur estadounidense que visitó gracias a una bolsa de la Fundación Guggenheim. Después se editarán conjuntamente Huerto cerrado y La felicidad ja ja; en Lima se publicarán como Todos los cuentos y, en Madrid, como Cuentos completos (1964-1974).

En 1981, con la novela La vida exagerada de Martín Romaña abre el díptico Cuadernos de navegación en un sillón Voltaire, que cerrará con El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz en 1984 y con el relato «Una carta a Martín Romaña», incluida en la colección Magdalena peruana y otros cuentos (1986). Su visión de la Europa que conoció en sus diferentes países cobra una dimensión nueva y desmitificadora, lo cual extiende del viejo continente a América, de los lugares y acontecimientos como el mayo del 68 a las luchas de la izquierda hispanoamericana. El mismo año se publica Crónicas personales, que supone la ampliación de las editadas años atrás. Regresará a la novela con La última mudanza de Felipe Carrillo, de 1988, a la que no volverá hasta No me esperen en abril (1995). Entretanto, había editado las tres novelas breves de Dos señoras conversan en 1990 y un curioso volumen de memorias que en la actualidad está ampliando y que en 1993 llevaba por título Permiso para vivir (Antimemorias). En 1997 edita A trancas y barrancas, constituido por las crónicas periodísticas de diferente cariz y que ampliará en ediciones peruanas posteriores.

Reo de nocturnidad (1997) supondrá un exitoso retorno a la novela con la concesión en España del Premio Nacional de Narrativa de 1998. Poco después llegará la publicación de los, hasta el momento, últimos cuentos, en Guía triste de París (1999), y de la novela La amigdalitis de Tarzán (1999), tras cuya edición abandona España y regresa definitivamente a Perú.

Julio Ramón Ribeyro

Julio Ramon Ribeyro
Nació en Lima y en su niñez vivió en Santa Beatriz, un barrio de clase media limeño y luego se mudó a Miraflores. Su educación escolar la recibió en el colegio Champagnat. La muerte de su padre lo afecta mucho y complica la situación económica de su familia.
Posteriormente, estudió Letras y Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú, entre los años 1946 a 1952, donde coincidió con Pablo Macera y Alberto Escobar, entre otros jóvenes con intereses similares. Inició su carrera como escritor con el cuento La vida gris que publicó en la revista Correo Bolivariano, en 1948. En 1952 ganó una beca de Periodismo gracias al Instituto de Cultura Hispánica, que le permitió viajar a España y, posteriormente a Francia, Bélgica, Polonia, Italia y Alemania.
Viaja en barco a Barcelona y de ahí a Madrid, donde permanece un año y hace estudios en la Universidad Complutense de dicha ciudad. También escribe algunos cuentos y artículos. En 1953, se muda a París, donde sigue algunos cursos en la Sorbona y escribe su primer libro "Los gallinazos sin plumas". Entre 1955 y 1956, permanece un año en Munich, donde escribiría su primera novela "Crónica de San Gabriel". Regresa a París y luego viaja a Amberes, donde trabaja en una fábrica de productos fotográficos. En 1958, regresa a Alemania y permanece un tiempo en Berlin, Hamburgo y Frankfurt.
Durante su estadía europea tiene que realizar muchos oficios para sobrevivir como reciclador de periódicos viejos, conserje, cargador de bultos en el metro, vendedor de productos de imprenta, etc. Regresó a Lima en 1958. Trabajó como profesor en la Universidad San Cristóbal de Huamanga en Ayacucho.
En 1960 migró a París, donde trabajó en la France Press, y luego como consultor cultural y embajador de la Unesco.
Se casó con Alida Cordero y tuvieron un único hijo. En 1973 se operó por primera vez de cáncer, enfermedad por la que seguiría un largo tratamiento. Ribeyro, murió el 4 de diciembre de 1994, días después de obtener el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació un domingo 28 de marzo de 1936 en la ciudad de Arequipa (Perú). Sus padres, Ernesto Vargas Maldonado y Dora Llosa Ureta, ya estaban separados cuando vino al mundo y no conocería a su progenitor hasta los diez años de edad.
Estudia la primaria hasta el cuarto año en el Colegio La Salle de Cochabamba en Bolivia. En 1945 su familia vuelve al Perú y se instala en la ciudad de Piura, donde cursa el quinto grado en el Colegio Salesiano de esa ciudad. Culmina su educación primaria en Lima e inicia la secundaria en el Colegio La Salle.
El reencuentro con su padre significa un cambio en la formación del adolescente, que ingresa al Colegio Militar Leoncio Prado de Lima, en el cual sólo estudia el tercer y cuarto año; sin embargo, termina la secundaria en el Colegio San Miguel de Piura.
En 1953 regresa a Lima. Ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudia Letras y Derecho. Su opción no fue aceptada por su padre, por lo que fue una etapa sumamente difícil, más aún cuando a los dieciocho años decide contraer matrimonio con su tía política Julia Urquidi, lo que aumentó sus urgencias económicas. Paralelamente a sus estudios desempeña hasta siete trabajos diferentes: redactar noticias en Radio Central (hoy Radio Panamericana), fichar libros y revisar los nombres de las tumbas de un cementerio, son algunos de ellos. Sin embargo, sus ingresos totales apenas le permitían subsistir.
En 1959 parte rumbo a España gracias a la beca de estudios "Javier Prado" para hacer un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid; así, obtiene el título de Doctor en Filosofía y Letras. Luego de un año se instala en París.
Al principio su vida en la ciudad de la luz transcurre entre la escasez y la angustia por sobrevivir, por lo que acepta trabajos que, o bien lo mantenían en contacto con su idioma a través de la enseñanza (fue profesor de español en la Escuela Berlitz), o le permitían trabar amistades literarias, como cuando fue locutor en la ORTF francesa o periodista en la sección española de France Presse.
Los esfuerzos por llevar a cabo su vocación literaria dan su primer fruto cuando su primera publicación, un conjunto de cuentos publicados en 1959 con el título Los jefes, obtiene el premio Leopoldo Arias. Anteriormente había escrito una obra de teatro, el drama La huída del Inca.
En 1964 regresa al Perú, se divorcia de Julia Urquidi y realiza su segundo viaje a la selva donde recoge material sobre el Amazonas y sus habitantes.
Viaja a La Habana en 1965, donde forma parte del jurado de los Premios Casa de las Américas y del Consejo de Redacción de la revista Casa de las Américas; hasta que el caso Padilla marca su distanciamiento definitivo de la revolución cubana en 1971.
En 1965 se casa con Patricia Llosa. De la unión nacen Álvaro (1966), Gonzalo (1967) y Morgana (1974). En 1967 trabaja como traductor para la UNESCO en Grecia, junto a Julio Cortázar; hasta 1974 su vida y la de su familia transcurre en Europa, residiendo alternadamente en París, Londres y Barcelona.
En Perú, su trayectoria sigue siendo fructífera. En 1981 fue conductor del programa televisivoLa Torre de Babel, transmitido por Panamericana Televisión; en 1983, a pedido expreso del presidente Fernando Belaúnde Terry, preside la Comisión Investigadora del caso Uchuraccay para averiguar sobre el asesinato de ocho periodistas.
En el 1987 se perfila como líder político al mando del Movimiento Libertad, que se opone a la estatización de la banca que proponía el entonces presidente de la República Alan García Pérez.
El año 1990 participa como candidato a la presidencia de la República por el Frente Democrático-FREDEMO. Luego de dos peleados procesos electorales (primera y segunda vuelta), pierde las elecciones y regresa a Londres, donde retoma su actividad literaria.
En marzo de 1993 obtiene la nacionalidad española, sin renunciar a la nacionalidad peruana.

José María Arguedas

José María Arguedas
Amante de la literatura quechua y estudioso del folclore de su país, el peruano José María Arguedas Altamirano supo combinar, a lo largo de su carrera, sus actividades de novelista y traductor de libros en lengua indígena con las tareas de etnólogo.
La infancia de este peruano nacido el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas no fue fácil. Tras la muerte de su madre, su padre (Víctor Manuel Arguedas Arellano) se casó en segundas nupcias y llevó a toda su familia a vivir, primero al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Tiempo después, a causa de razones políticas que impidieron que su padre continuara como juez, José María quedó a cargo de su madrastra y hermanastro, mientras Víctor Manuel se ganaba la vida como abogado itinerante.
Cansado ya de ser tratado como sirviente por la nueva familia de su padre, el futuro escritor decidió escaparse, en 1921, junto a su hermano Arístides. Juntos se refugiaron en la hacienda Viseca, donde convivieron durante dos años con los indios, período en el cual aprendieron sus costumbres y su idioma. Dos años después, su padre volvió a buscarlos.
Tras recibir formación académica en Ica, Huancayo y Lima, este joven interesado por el desarrollo tanto de la cultura occidental como de la indígena, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima para estudiar Literatura.
A partir de 1935, José María comenzó a publicar sus obras, dentro de las que se destacan“Agua”, “Yawar fiesta”, “Diamantes y pedernales”, “Los ríos profundos”, “Todas las sangres” y “El zorro de arriba y el zorro de abajo”. Pero no toda su vida giró en torno a la literatura: también trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, fue nombrado profesor de castellano y geografía en el departamento de Cusco (cargo a través del cual descubrió su vocación de etnólogo), colaboró con el Ministerio de Educación (donde fue designado Conservador General de Folklore y Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho), representó al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro, fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana y dirigió la revista “Folklore americano”, entre otras actividades.
Pese a sus logros profesionales (que le valieron los premios Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales y Literatura, y el Inca Garcilaso de la Vega), la política cultural de su país provocó en José María Arguedas una gran decepción, motivo por el cual, en 1966, el escritor tuvo su primer intento de suicidio, hecho que volvería a repetirse el 28 de noviembre de 1969. Sin embargo, en esta segunda oportunidad el resultado fue el que él buscaba: cuatro días después de pegarse un tiro en la cabeza, el autor perdió la vida.

Ciro Alegría

Ciro Alegría
Ciro Alegría Bazan, nació el 4 de noviembre de 1909 en la hacienda Quilca, en uno de los 7 "pungos" (casas de administración y gestión) en que se dividía "Marcabal Grande" la extensísima hacienda de su familia (más de 75.000 hectáreas) en la sierra del departamento de La Libertad.
Estudió en el "Instituto Moderno" de Cajamarca y en la Universidad Nacional de Trujillo . En esta ciudad se dedicó al periodismo, escribiendo en los diarios "El Norte" y " La Industria ".
Su sensibilidad social y política lo llevaron a convertirse en un militante del APRA, fundada por Víctor Raúl Haya de la Torre. Ello le costó dos años de prisión, alrededor de los años treinta, durante el gobierno de Augusto B. Leguía. Algunos años más tarde ingresa como redactor de noticias en "La Tribuna". Apresado nuevamente, es desterrado a Chile, donde continúa haciendo periodismo.
Su regreso al Perú se vio truncado en múltiples ocasiones a causa de la concatenación de dictaduras y gobiernos oligárquicos que le negaban su derecho a volver al Perú. Alegría vivirá ese largo exilio de 3 décadas en Chile, los Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba. Durante prácticamente toda su vida adulta, escribe, vive y recuerda el Perú en la distancia.
En 1941, su novela El Mundo Es Ancho y Ajeno -su obra cumbre- es declarada ganadora de un concurso latinoamericano convocado por una editorial de Nueva York. Con este motivo viaja a Estados Unidos, donde reside toda la década del 40.
Es incorporado a la Academia Peruana de La Lengua en 1960. Tres años después es electo Diputado por el departamento de La Libertad. Posteriormente asume el cargo de Presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. Es precisamente ejerciendo este cargo cuando fallece en el año de 1967.
Es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la corriente indigenista en el Perú. En sus novelas narra la vida de los indígenas en los andes del Norte del Perú, diferentes a los indios menos mestizados que los del sur que reflejan las novelas de Arguedas.
La obra cumbre del escritor es El Mundo es Ancho y Ajeno, novela de la cual Mario Vargas Llosa ha afirmado que constituye "el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su autor nuestro primer novelista clásico".

Enrique López Albújar

Enrique Lopez Albujar
Abogado, periodista, escritor y magistrado.
Nació en Chiclayo el 23 de diciembre de 1872, cuando esta ciudad pertenecía a La Libertad. Por sus antecesores, su contacto telúrico, su formación, sus vivencias sociales, su literatura y por propia decisión es un piurano a carta cabal.
En sus “Memorias” dice: “Soy de Piura, de una ciudad pomposamente radiante y blanca como una antigua ciudad griega, en donde los hombres son expansivos y francos hasta en el odio y las mujeres tienen ojos muy grandes y los pies muy pequeños”.
Él se presentaba siempre como el “más piurano de todos los piuranos”; y Piura, la tierra grausina (de Grau) como él la motejara, también lo ha reconocido como dilecto hijo suyo. Habla del amor que siente por Morropón “antigua Moscalá” nombre onomatopéyico que parece al pronunciarse oir un taponazo.
Tuvo como maestro al distinguido pedagogo ecuatoriano, Nicanor Calderón, que despertó su afición por la lectura. Sus padres fueron Manuel López Vilela y Manuela Albújar y Bravo. Es el precursor de la literatura indigenista en América, “abrió la trocha” convertida en camino por Ciro Alegría y Arguedas. Estudió primaria en Piura y secundaria en el colegio Guadalupe de Lima y los superiores en la Universidad Mayor de San Marcos graduándose de abogado.
Fundó el semanario “El amigo del pueblo” de Piura; editor principal de “La Prensa” de Lima.
Viajó a los Estados Unidos dando recitales en la Unión Panamericana y charlas en la universidad de Columbia (New York). Colaboró en “La Prensa” de Lima y en “La Prensa” de Buenos Aires, Argentina.
En la actividad judicial fue secretario de la corte superior de Piura, vocal interino de Lambayeque, juez de primera instancia en Piura, Tumbes y Huanuco; vocal de la corte superior de Tacna, donde se jubiló. Fue director de educación artística, museos y bibliotecas del ministerio de Educación (1930). Miembro del Ateneo de Lima, club Unión de Lima y Tacna; presidente del club Grau de Piura y miembro correspondiente de la Sociedad Geográfica de Lima.
Ha dejado varios estudios como “Los caballeros del delito”, que lo configuran como uno de los representantes de la sociología jurídica en el Perú.
En 1962 al cumplir 90 anos recibe cálidos homenajes como Patriarca de las letras peruanas. Fallece en 1966, a los 94 anos.

Martín Adán

Martin Adán
Rafael de la Fuente Benavides fue el nombre civil de este escritor, cuya importancia en las letras hispanas lo sitúa entre los mayores creadores de este siglo.
Desde muy joven mostró dotes literarios, los que compartió con sus compañeros de clase: Emilio Adolfo Westphalen y Estuardo Núñez. A medida que pasó el tiempo, vivió con creciente estrechez económica y sufriendo un fuerte alcoholismo.
La vida de Martín Adán es un copioso afluente de una obra vasta y plural que empieza desde 1928 con poemas dispersos y La casa de cartón dentro del curso vanguardista de ruptura con la tradición.
Hacia 1931 compone Aloysius Acker, poema de tono elegíaco; insatisfecho o atormentado por el resultado, destruye el Aloysius que solo nos ha llegado en fragmentos. En esa misma época, Martín Adán participa del resurgimiento de las formas métricas tradicionales que brotan en el ambiente poético castellano. La creación en sonetos perfectos produce, a principios de la década de 1930, una versión primitiva de Travesía de extramares (Sonetos a Chopin), poemas que tratan la imagen del creador, la creación artística y la vida como una travesía marítima; pero que no llegarán a su forma final sino entre 1945 y 1950.
Hacia 1932 ingresa a una etapa improductiva de probable crisis personal de la que saldrá con un trabajo crítico ambicioso y descomunal, De lo barroco en el Perú, con el que obtiene el grado de Doctor en Letras en 1938. Este ensayo de apreciación de la literatura peruana es de una gran elaboración; el esfuerzo es evidente en un trabajo bibliográfico erudito de la misma época; y, en especial, en una prosa barroca ejercitada incesantemente.
Hacia principios de la década de 1960, se recluirá en un sanatorio en un retiro radical del que no saldrá.
En su apartamiento del mundo volverá a las formas del antiguo Aloysius , retomando su verso libre, su tono elegíaco y la depuración de su expresión hasta hacerla fluida y directa para expresar una trágica reflexión en torno a lo humano. Este ejercicio del verso libre se hará manifiesto en Escrito a ciegas, La mano desasida y La piedra absoluta cuyas primeras versiones aparecen a principios del decenio de 1960.
Allen Ginsberg se mostró interesado en su obra y en él mismo. Aprovechando su paso por el Perú, con el objeto de conocer la ayahuasca, logró entrevistarse con Martín Adán.